Esta salsa no podría ser más sencilla, pero hay algunos pasos esenciales. No vas a usar cebolla, así que asegúrate de freír un poco de ajo picado antes de agregar los tomates. Es fácil de quemar, así que obsérvalo como un halcón.
Me encanta usar tomates ciruela pelados en lata, pero los tomates picados en lata también funcionan. De cualquier manera, asegúrese de cocinarlos por completo (esto lleva más tiempo de lo que piensa). Los tomates deben estar casi desmoronándose y la salsa debe ser de color rojo oscuro.
La cremosidad de este plato proviene de la mezcla de frijoles cannellini y leche de soya. El resultado es rico en proteínas pero también súper delicioso. Asegúrate de difuminarlo tan suavemente como puedas.
Me gusta reservar un poco de agua de pasta en caso de que la salsa esté un poco espesa. Pruébelo antes de agregar su pasta también, es posible que deba ajustarse con un poco de sal y pimienta. Si desea una patada cursi, agregue unas cucharadas de levadura nutricional a la mezcla de frijoles cannellini mezclados.
Este plato es perfecto tal como está, pero también funciona muy bien cubierto con un poco de albahaca fresca u orégano.